8 de agosto de 2009

Horror vacui

Tenía 15 años la primera vez que oí esas palabras. Estábamos en clase de Literatura, haciendo algún esquema sobre algún movimiento literario. El Romanticismo, creo. Actualmente ya he olvidado todo aquello. Sin embargo recuerdo que Larra, cuando se voló la cabeza, puso el cañón en su sien derecha. En su sien derecha, y no en ningún otro sitio. Esos datos sin importancia son los que mejor recuerdo.

Terminé el esquema, en un folio en horizontal. Pero no me llegaba hasta abajo del todo. Quedaba al final un espacio vacío, en blanco. Así que le metí otro bloque al esquema para rellenar esas tres o cuatro líneas. Luego fui a enseñárselo a mi profesor; por aquel entonces el asunto funcionaba así. Él me dijo que “bien, bien...”, pero que qué era aquello que le había metido al final, “esto no entra en el examen” —lo que no entra en el examen conviene ignorarlo; el asunto sigue así hasta la universidad—. Le expliqué que era porque no quería que me quedara ese hueco en blanco. Y entonces él, con actitud didáctica de profesor dijo: “horror vacui”.

Me gustaba mucho aquel profesor. Casi todos pensaban que era un gilipollas prepotente adicto a la coca. A mí me gustaba mucho; por ser un gilipollas prepotente, y por ser adicto a la coca. Concejal de Cultura era aquel hombre. Él también me apreciaba mucho a mí. “Trabaja en algo en lo que ganes mucho dinero”, me dijo el día que terminé el instituto.

Este cuento escolar que estoy soltando no es porque sí. Es porque no he publicado nada en el mes de julio y ahora no aparece. Me jode un montón. Todas esas pequeñas tonterías me obsesionan. En fin, el mundo sigue girando.

Ahora me estoy dedicando principalmente a hacer cosas. Probablemente en un futuro próximo vuelva y escriba sobre esas cosas. A día de hoy, lo único seguro es que las mierdas que los perros sueltan en la calle acaban entrando en las casas pegadas bajo nuestros zapatos.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo empezaba escribiendo en letra pequeña; aumentaba el tamaño proporcionalmente a la escasez de ideas, para cumplir el mínimo de dos folios. Justificaba esto diciendo que quería dar énfasis. Y no colaba, claro.

Anónimo dijo...

los profes en mi cole eran
la polla

a mis profes de holandés debo mi pasión

por la literatura

y también a un profe elegante de inglés

Meryone dijo...

cuando yo tenía quince años (y me he ganado el derecho a decirlo, que ya han pasado once...) la literatura se aprendía leyendo cosas y comentándolas: por eso terminé estudiando una filología

el día que saque una oposición juro que mis niños leerán cuentos de miedo por lo menos

parece que el jueves nos vemos, aunque nosotros vayamos sin entrada (culpa mía) y todavía no haya quedado ni con jose de verdad para llegar hasta allí ni con martina o contigo

besos

beu dijo...

da rabia ver huequitos ksfsdgsdk yo tb soy un poc maniatica con esas cosas, me gusta que esté todo ordenadito y en armonia

Katrina Van Dassos dijo...

Uf.... mi verano empieza en octubre, me temo.

Aunque bueno, la jornada intensiva en agosto es un pequeño alivio, excepto porque casi es peor salir a las 15:00 que a las 18:00 con el puto calor del asfalto.

Espero que siga haciendo cosas!

beu dijo...

esperaré(8)

Anónimo dijo...

Yo no cambiaría nada C. Chase.
Un abrazo.

hq dijo...

Gracias, me alegra que te gusten mis fotos :)