27 de febrero de 2010

Café solo

—Mira toda esa gente... son como este puto capuchino. Me lo sirven muy adornado, muy correctamente, como debe servirse un capuchino; con su café, su chocolate, su nata, su canela... e incluso me obsequian con un bombón. ¡Pero no le echan el azúcar! Ahora tengo que coger el sobre de azúcar, romperlo, echarlo sobre la nata, y remover todo. ¡Y a la mierda la presentación del capuchino! Ahora ya no tengo un capuchino, ahora tengo una mezcla batida de todos sus componentes. Joder.

—No lo entiendo, ¿qué tiene que ver todo eso con la gente?

—¡No lo sé! Sólo quería quejarme...