3 de diciembre de 2010

Mi raza

Escuchando Extrechinato en este momento, y después de haber visto el documental de TVE de esta noche sobre mi tierra, me doy cuenta de que yo, como extremeño, tengo conciencia de un concepto de raza mucho más noble y puro que el tristemente extendido. Raza, no de colores de piel, sino de tus raíces, en la tierra y en el tiempo, tu paisaje y tu linaje, de donde te nutres.

Los abuelos que empezaron a trabajar la tierra desde jóvenes, los que empezaron a guardar guarros a los 13 años, los que a pesar de no saber leer ni escribir no tuvieron un ápice de analfabetos, los que tuvieron que vivir el asesinato de camaradas, los que tuvieron que emigrar a Alemania, los que trabajaron en fábricas, los que tuvieron numerosos hijos y supieron criarlos bien. Personas buenas, como mis padres. Que quizá han sacrificado una larga lista de ambiciones individuales para que mi hermana y yo, sus semillas, podamos estar ahora aquí, en el mundo, en la vida. Para que a pesar de sus noches de frío y angustia, yo haya crecido fuerte y me haya convertido en un hombre sereno, y pueda estar ahora pisando la dehesa, pisando la ciudad, o pisando donde sea.

Y el Campo, con mayúscula. En mi tierra cuando se habla del Campo se habla con mayúscula. Es un ente que vive, una matriz, una patria. Es una deidad que los agricultores y ganaderos, que todos los hijos de la tierra, al menos antes, respetaban con honor. Cogían los frutos que ofrecía y le proporcionaban los cuidados que necesitaba, manteniendo así el sagrado pacto milenario entre el Hombre y la Tierra. Y en este área concreta de la superficie terrestre, y en este instante perdido en los siglos, ése es mi legado, ése es mi pueblo, ésa es mi nación y ésa es mi raza.

Y lo verás caer una y mil veces
y levantarse de nuevo
con la pura bandera de su raza.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

mmm qué bonito
es una pequeña oda a la marravillosa y sencilla manera de vivir en el Campo y a tus padres
y las personas q nacieron ahí arraigados en los ciclos de naturaleza el ciclo lunar
personas generosas y auténticas una forma de vida q casí se ha perdido la percibo en los alrededores de mi casa en Mijas y hasta mi madre en su jardin de cactus la respeta jaja



beso de raza

Anónimo dijo...

Bien, estás aquí.
¿Es posible una vuelta atrás, hacia esos valores? También se daba el ostracismo pero hoy somos solamente una panda de histéricos.

Besos (urbanayhumana)

maloles dijo...

Haces que desee ser extremeña. Pero me conformaré con lo mío, supongo que en todas partes hay un poco de eso... pero en ciertos lugares está taaaaaaan perdido.

Un beso.

Anónimo dijo...

Algunos no sabremos nunca qué es la tierra... lo que seguramente explica (¿excusa?) tanta basura sobre el amor.

la chica de las biscotelas dijo...

Para que a pesar de sus noches de frío y angustia, yo haya crecido fuerte y me haya convertido en un hombre sereno...

sereno,
sereno,
sereno. a ver si por ser nieta de extremeños se me pega algo, que el desarraigo es muy desestructurante.

fag dijo...

cuánto tiempo sin pasar por aquí y en qué forma te veo.
fantásticshen o como coño se escriba.
hablado suena de lujo, vaya.

saludos

Anónimo dijo...

Villar del Rey es mi casa, y entiendo.

Un abrazo, vaquero. Quiza´´ usted y yo debi´´eramos hablar largo y tendido

Tara dijo...

de Campo,
de los más recóndito de la ancha Castilla o de lo más agreste de Galicia
(como es mi caso)

razas que se diluyen anónimas en las grandes manzanas urbanitas


vaya, vaya, con el estudiante extremeño!!